Rey de reyes
En el año 63 a. C., Pompeyo Magno, uno de los generales más destacados de la Roma republicana, lleva a cabo una brutal conquista de Jerusalén, marcando un hito decisivo en la historia de Judea. Tras sitiar la ciudad, Pompeyo saquea y destruye buena parte de la población judía, dejando tras de sí una estela de sangre y destrucción. Durante su incursión en el Templo de Jerusalén, un lugar sagrado para los judíos, el comandante romano busca lo que se consideraba el tesoro de Salomón, un botín de gran valor espiritual y material. Sin embargo, al adentrarse en el santuario, se enfrenta a una sorpresa. En lugar de encontrar riquezas, Pompeyo descubre únicamente un rollo de escrituras que se atribuyen a Moisés, el patriarca y líder fundador del pueblo judío.
Aunque inicialmente Pompeyo se muestra dispuesto a destruir el valioso manuscrito, su actitud cambia cuando decide entregarlo a un anciano sacerdote del Templo en lugar de quemarlo. Este gesto, que podría interpretarse como una muestra de respeto por la tradición religiosa, resulta ser una excepción en medio de la brutalidad que caracteriza su saqueo. No obstante, fuera del Templo, la masacre continúa, ya que Pompeyo y sus tropas asesinan a numerosos civiles en las afueras de Jerusalén, consolidando el dominio romano sobre la región.
Años después, las tensiones en Judea continúan en aumento. La opresión romana y la creciente insatisfacción de la población judía con la ocupación extranjera generan una serie de revueltas en las que diversos grupos se rebelan contra la autoridad romana. Ante este panorama, el Imperio Romano responde con una brutal represión, ejecutando a muchos de los líderes rebeldes mediante crucifixiones públicas, una de las formas más crueles de castigo romano.
En medio de esta violencia y desorden, Roma decide nombrar a Herodes el Grande como rey de Judea. Herodes, quien tenía afinidades con los romanos, asume el trono en un contexto de caos y división, lo que le permitirá consolidar su poder en la región. Su ascenso, sin embargo, no extingue el descontento de la población judía, que continuará luchando por su autonomía frente al dominio romano durante varias décadas más. La relación entre Roma y Judea, marcada por conflictos y tensiones, será un tema crucial en la historia de la región en los siglos siguientes.
Director: Carlo Lastricati, José López Rodero, José María Ochoa, Nicholas Ray, Noël Howard, Sumner Williams
Actores: Adriano Rimoldi, Antonio Mayans, Barry Keegan, Brigid Bazlen, Carmen Sevilla, Conrado San Martín, David Davies, Edric Connor, Félix de Pomés, Fernando Sancho, Frank Thring, George Coulouris